El martes 10 de abril fue presentado en la Usina Cultural el libro “Canciones para aprender a leer y escribir”. El material da cuenta del resultado de un proyecto de investigación realizado desde el Instituto de Ciencias Humanas.
Durante los ciclos lectivos 2016/ 2017, docentes y estudiantes de la Licenciatura en Composición Musical con orientación en Música Popular trabajaron acerca de los aportes de la canción infantil en el desarrollo de la lengua materna, tanto oral como escrita.
El estudio se centró en cuatro establecimientos educativos de Nivel Inicial: dos escuelas municipales de Córdoba y las escuelas Nicolás Avellaneda y Antonio Sobral de Villa María. Se realizó en ambas ciudades, con el apoyo de las respectivas inspecciones de Nivel Inicial.
La directora del proyecto, profesora Coqui Dutto dio cuenta de la metodología de trabajo utilizada: “lo que nosotros hicimos fue armar un grupo de trabajo. Tomamos un test diagnóstico en dos salas de cinco años. Una, que se llamó “de control” siguió su curso normal durante todo el año con dictado regular y, en la otra, que se llamó “experimental” la maestra incorporó a la canción como un recurso en el desarrollo de esas temáticas”. Los integrantes del equipo de investigación fueron quienes plantearon las sugerencias metodológicas en estrecha colaboración con las docentes de las salas.
Los resultados fueron evaluados al final de un período lectivo, comparándose lo ocurrido tanto en la sala de control como en la experimental. “Entre las conclusiones pudimos observar un desarrollo favorable en aquellos niños que han utilizado la canción como mediadora en el desarrollo de la lengua”, especificó Dutto.
Por su parte, la licenciada en Educación Susana Rinz, quien estuvo a cargo del proyecto en la ciudad de Córdoba, expresó que la edición y posterior difusión del libro serán de gran utilidad para replicar la experiencia y llegar a los docentes. “Es muy importante que tanto los maestros aprendan a incorporar la canción infantil como recurso, como que los maestros de música pueden aprender cuál es ese proceso de apropiación de la lectura y escritura, sin que ninguno de los dos, como profesionales de la educación, pierdan su especificidad”, concluyó.