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El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) aprobó la incorporación de ocho becas doctorales al Instituto de Ciencias Humanas de la UNVM y al Centro de Investigaciones y Transferencia de Villa María (CIT CONICET-UNVM).

Luján Martínez, egresada de nuestra universidad, fue una de las ocho seleccionadas para recibir una beca doctoral, en su caso se postula para desarrollar su proyecto en el Doctorado en Artes en la Universidad Nacional de las Artes, el cuál se titula: “Cartografías afectivas: modos de habitar la Cordillera de los Andes en/desde la animación latinoamericanacontemporánea”. Su co-directora es la docente de Humanas Cristina Siragusa.

Conversamos con ella para que nos cuente más sobre este nuevo desafío.

– ¿De qué se trata tu proyecto? ¿En qué temática se centra?

Mi proyecto se centra en la producción de animación latinoamericana y su representación del espacio. Los modos en que habitamos y construimos nuestro entorno a través de expresiones artísticas dan cuenta de procesos históricos, culturales, políticos y económicos que interpelan a nuestras sociedades. Ahondar en las sensibilidades que se entretejen en esos modos de mirar e interpretarse implica comprender la experiencia de vida de una cultura anclada en un territorio particular, sus vínculos con otros y sus dinámicas de cambio a través del tiempo.

Mi objetivo es analizar producciones audiovisuales animadas de distinto formato en el contexto de las tendencias del mercado internacional,atendiendo a los modos en que la tradición cultural converge con las nuevas prácticas sociales que modelan un territorio compartido pero lleno de matices.

– ¿Por qué consideras que es importante tratar esa temática en la actualidad? -¿Que te motivo a elegir dicho tema?

El lenguaje audiovisual animado está encontrando cada vez más espacios de desarrollo en el contexto de las nuevas tecnologías y la proliferación de nuevos formatos que tienden hacia la creación de experiencias inmersivas e interactivas. La creación de entornos virtuales, la búsqueda de nuevas expresiones estéticas y multisensoriales nos conducen a preguntarnos por la evolución de lo audiovisual en los años venideros y su impacto en todos los ámbitos de nuestra vida. En medio de este proceso de transformación, y de mi propia experiencia de vida, me surge la pregunta sobre los modos de percibir el territorio y de experimentarlo desde un contexto pleno de convergencias. La animación, tiene la inherente característica de ser expresión plástica sensible, lo que se ve, hay que diseñarlo y crearlo desde cero, cada línea, color y forma cuenta una historia que da cuenta de una poética particular articulada sobre la subjetividad del artista y su percepción de lo que le rodea. En esa representación, confluye un universo visual y sonoro, mitos y leyendas, hechos históricos, afectos, preocupaciones, impresiones que se vuelven lenguaje.

– ¿Cómo se planta el proceso de trabajo e investigación?

La Beca de Conicet tiene una duración de cinco años y se plantea como financiamiento de una tesis doctoral. En mi caso particular, ese trayecto de investigación implica especializarme en el campo de las artes, vinculando mi área profesional con otras disciplinas como tecnología, literatura y antropología. La metodología de investigación para este proyecto se articula sobre el análisis de un corpus de producciones audiovisuales animadas de distintos países latinoamericanosa nivel formal y narrativo, sus injerencias simbólicas y sus contextos de producción en el mercado internacional contemporáneo.

-¿Cómo recibiste la de noticia de haber sido seleccionado/a para esta beca? ¿Qué significa para vos?

Recibí la noticia cuando estaba con mi mamá, vi un email con la notificación y a los dos minutos me llamó mi directora de proyecto para compartir la noticia. Para mí es una oportunidad de seguir creciendo a nivel profesional, adquiriendo y construyendo conocimiento a nivel individual y colectivo. Hace años que formo parte de un equipo de investigación académica en donde vengo trabajando sobre la animación, y compartiendo ese trabajo de campo con otros colegas y estudiantes de la carrera de medios audiovisuales, literatura, idiomas, y música. Poder compartir este logro con mi familia y con mi equipo es un orgullo, ya que han contribuido y/o acompañado a distintos nivelesmi formación académica y laboral desde el inicio.

– ¿Cuáles son tus expectativas para los próximos años de trabajo?

Mi objetivo es progresar con mi investigación y culminar esta formación académica con nuevas experiencias. Creo que el aprendizaje es un proceso colectivo. Espero que esta etapa profesional que se inicia me permita viajar y construir conocimiento con otros colegas y especialistas en el campo. Espero que el desarrollo de mi investigación aporte al campo de las artes audiovisuales e impulse el camino de otros investigadores e investigadoras.

– ¿Cuál es tu relación con la UNVM y cómo se enmarca la beca en esta?

Soy egresada de la Universidad Nacional de Villa María, allí terminé mis estudios de grado. De forma paralela, di mis primeros pasos en la investigación académica dentro de un equipo multidisciplinar de la misma casa, del que aún formo parte. Nuestro equipo lleva el nombre de Política de la ficción: estilos, narrativas y contextos y está dirigido por la Dra. Cristina Siragusa, docente de la universidad. En ese marco, venimos trabajando hace muchos años por relevar la producción audiovisual en nuestro país y las dinámicas de cambio de la industria, sosteniendo un espacio de análisis y registro de datos que creemos son centrales para dimensionar un terreno en plena transformación en el contexto global. Mi proyecto de investigación se alinea con el trabajo de campo que venimos realizando.

– ¿Cuáles son los próximos pasos a seguir dentro del proyecto?

El primer paso es iniciar la formación doctoral, la cual dará forma al desarrollo de la tesis. Lo siguiente, comenzar con el trabajo de campo, ahondar en las producciones audiovisuales seleccionadas, ampliando el relevamiento y estableciendo contactos con las productoras a los fines de procesar datos para el análisis.

– ¿Quienes te han acompañarán en este proceso?

Tengo el privilegio de contar con dos directoras especializadas en el área. La Doctora en Ciencias Sociales, Mónica Kirchheimer, investigadora y docente en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de las Artes, quien se especializa en arte y medios. Y la Doctora en Semiótica, Cristina Siragusa, especialista en comunicación, docente e investigadora en la Universidad Nacional de Villa María y en la Universidad Nacional de Córdoba.

– ¿Cómo ves la investigación en nuestro país? ¿Crees que hay un buen desarrollo o es necesario realizar acciones para potenciarla aun más?

Creo que siempre es necesario potenciar la investigación con recursos económicos e institucionales. La mayoría de los y las investigadoras sostienen su trabajo con mucho esfuerzo personal, de forma paralela a las exigencias laborales cotidianas, y al margen de la disponibilidad de recursos formales. Creo que construir oportunidades sólidas para aquellos profesionales dedicados a la investigación es invertir en el diseño de nuestro futuro. La investigación, es la semilla de la construcción consciente de nuestra experiencia de vida a todo nivel, es el espacio para la pregunta y la creatividad, es el espacio para encontrar nuevas perspectivas sobre lo que conocemos. Este tejido de conocimientos y creencias necesariamente cimienta las bases de las nuevas generaciones en el mundo que les legamos. Reflexionar de forma crítica sobre esos procesos es nuestra responsabilidad como sociedad.

 

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