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El pasado jueves 14 de noviembre tuvo lugar la cuarta jornada del Ciclo de Conversatorios “¿América Latina se escribe a sí misma? Nuevas palabras, nuevos gestos en las literaturas latinoamericanas del siglo XXI”, coordinado por la Dra. Katia Viera, becaria posdoctoral del CIT-CONICET, UNVM. Como en las oportunidades anteriores, la acompañaron como colaboradoras de este evento las estudiantes de nuestro IAPCH, Camila Felipe y Mariana Monti.

Esta cuarta conversación, titulada “Escrituras latinoamericanas en el siglo XXI: ¿oraturas, oralitura, etnoliteraturas, literatura oral o literaturas de tradición oral?”, tuvo como propósito debatir las tensiones existentes entre la oralidad y la escritura en América Latina en este siglo XXI. En esta ocasión compartimos el diálogo con la cantora Ángela Parodi y la payadora Araceli Argüello.

Camila Felipe y Mariana Monti, colaboradoras de este Ciclo de Conversatorios y alumnas ayudantes del Seminario “Escrituras latinoamericanas del siglo XXI: emergencias, inquietudes y estéticas”, ambos a cargo de la Dra. Katia Viera, han dicho:

“Con el viento de agosto llegó el seminario “Escrituras latinoamericanas del siglo XXI: emergencias, inquietudes y estéticas”. Mujeres a las que nos interpelan las literaturas sostuvimos el encuentro durante cuatro meses. Meses movidos e intensos por la lucha en defensa de la educación pública argentina. En cada encuentro debatimos, leímos, compartimos y nos celebramos en la Universidad Pública, el espacio que nos permitió a todas cultivar nuestros pensamientos, crecer construyendo redes, saberes, afectos e inquietudes con otrxs. Otrxs que se quedaron en nosotrxs y que nos transformaron. En el mismo espacio, se germinó el Ciclo de Conversatorios en el que nos acompañaron personas a las que admiramos y con las cuales estamos muy agradecidas por sumarse a pensar y construir en colectivo. Allí pensamos en las promesas que se nos narran y las violencias que esconden, en enquilombar la palabra para pensarnos en comunidad, en la hibridez de las escrituras y lo que se escribe en el viento. Nos “despedimos” un jueves de comadres, con los árboles de jacarandá en flor, cantando juntas, celebrando la palabra y el encuentro” (Camila Felipe).

“El Seminario “Escrituras latinoamericanas del siglo XXI: emergencias, inquietudes y estéticas”, a cargo de la Dra. Katia Viera, junto con el Ciclo de Conversatorios complementario, planteó una pregunta clave en la escena universitaria de Villa María: “¿América Latina se escribe a sí misma?” A partir de este interrogante nos propusimos desde el inicio del cuatrimestre recorrer caminos teóricos y explorar, a través de nuestras lecturas, posibles “respuestas” que nos permitieran acercarnos a la actualidad del continente. Desde nuestro lugar como estudiantes y (futuras) profesionales de las letras, reconocemos la importancia de generar estos debates en el ámbito académico, entendiendo que la literatura dialoga constantemente con las memorias colectivas y desafía los discursos hegemónicos. Reflexionar sobre cómo América Latina se escribe a sí misma nos llevó a cuestionar las dinámicas de poder involucradas en la construcción del canon literario, las “representaciones” de las culturas marginadas y las múltiples voces que conforman el escenario artístico de la región. En este ejercicio académico y de vinculación con la comunidad apuntamos a contribuir a una comprensión más profunda de los procesos históricos, sociales y afectivos que atraviesan nuestra literatura” (Mariana Monti).

Este cuarto conversatorio, al finalizar, encontró a sus asistentes cantando, junto a Ángela Parodi y su caja, la copla:

Aquí estoy con mis comadres

siento que nada me falta

no soy capaz de cambiarla

ni por oro ni por plata.

Mientras, luego, se le pedía a Araceli Argüello, con su guitarra, que con algunas palabras utilizadas a lo largo del conversatorio hiciera su payada. Así salió:

Al derribar la frontera

entre las comunidades

de escrituras verdaderas

llevo una senda certera

de que hoy sea el epicentro

porque entre mujer encuentro

cariño, amor y otros roces

y eso es para unir las voces

que no se pierda el encuentro.

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