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La Terapista Ocupacional, Psicomotricista y docente de la Licenciatura en Terapia Ocupacional del Instituto A.P. de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Villa María, Adriana Cella, acaba de concluir su etapa como docente y dialogamos con ella para conocer más de cerca su vínculo con la UNVM y su valoración de la experiencia en la educación universitaria pública y gratuita.

¿Cómo vas a recordar tu paso por la UNVM?
Mis pasos por la Universidad hicieron camino durante 10 años. Fueron de esfuerzo por los 550 kms que separan a mi casa en Buenos Aires de Villa Maria. De aprendizajes, por integrarme a una Universidad donde al llegar no conocía ni habia trabajado con ninguna de las personas que formaban el equipo. Fui ofreciendo y validando nuevas maneras de enseñar y aprender.

¿Qué es lo más valioso que te dio ser docente del sistema universitario público y gratuito de nuestro país?
Pude descubrir y posibilitar cercanía y compromiso con las personas y las organizaciones comunitarias que eran y son vulneradas en sus derechos. Asumimos un desafio junto con compañeras docentes y estudiantes de un mayor apertura a la realidad ocupacional social de la región.

Participar junto con las personas, los grupos y las comunidades en ocupaciones fortaleció la organización, la construcción colectiva, la recuperación de derechos: espacios de creación, recreacion, educativos, laborales, habitacionales, ambientales entre otros.

Se posibilitaron nuevos dialogos en distintos órdenes y contextos regionales.

¿Cuál consideras que es el valor y/o aporte que tiene la Lic. en Terapia Ocupacional en el desarrollo de la región?
Es urgente, aportar, apoyar y sostener reclamos por mayor equidad, menos desigualdades y mas oportunidades hacia el interior de las Universidades Nacionales publicas (en particular en Villa María) y hacia las poblaciones que padecen injusticias y exclusiones en sus vidas cotidianas.

Considero que los/as docentes, las autoridades y los/as estudiantes tenemos que asumir en la formación y en la creación, espacios transformadores verdaderos que desnaturalicen los maltratos, las injusticias ocupacionales en muchos/as y privilegios en otros/as.

Me despido agradecida a la vida por esta oportunidad y lamento que la llegada de mis 70 años hicieron que concluya mi designación y con ella, la posibilidad de seguir compartiendo aprendizajes y haciendo camino desde la UNVM.

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